Índice:
- Qué son y qué componentes tienen
- Cómo fomentar el desarrollo de las habilidades sociales. Problemas derivados de las relaciones sociales
- La asertividad
Qué son y qué componentes tienen
Las habilidades sociales hacen referencia a aquellos comportamientos, conductas, habilidades y capacidades útiles para relacionarnos de forma adecuada con los demás y que nos permiten interactuar con los iguales y con el entorno de una manera adecuada.
Durante la infancia los niños aprender a comportarse en sociedad. Este periodo es esencial en el aprendizaje de dichas habilidades. Los niños no nacen sabiendo relacionarse de una manera adecuada, lo van consiguiendo a través de:
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La experiencia directa: a través de la experiencia en su relación con los demás: con la familia, otros adultos, y sobre todo otros niños.
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La imitación: los niños aprenden imitando las conductas que observan en su entorno, las habilidades sociales no iban a ser menos, el comportamiento social de los familiares directos es fundamental para el correcto desarrollo del menor. Cuando los padres presentan unos hábitos sociales adecuados de: respeto, comprensión, cooperación, etc… el niño observa, aprende y repite dichas situaciones.
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El refuerzo de conductas positivas y la retirada de atención de las conductas negativas: cuando prestamos atención a las conductas negativas que realiza nuestro hijo estamos fomentando que vuelvan a ocurrir, hay que valorarles y prestarles nuestra atención cuando el niño realice conductas sociales adecuadas.
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La información sobre su actuación: no sólo consiste en recriminarle cuando hace algo que no consideramos correcto, hay que explicarles el por qué y cuál es la conducta que deseamos y que se considera adecuada.
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La práctica.: A los niños necesitamos ofrecerles experiencias en las que puedan practicar las habilidades con diferente tipo de personas: niños, adultos, desconocidos,…
Consideramos las habilidades sociales como un conjunto de conductas. Dichas conductas las podemos dividir en: verbales, no verbales y paralingüísticos:
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Verbales son aquellos que se relacionan directamente con la comunicación verbal:
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Iniciar, mantener y finalizar conversaciones
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Defender los derechos: lo primero para saber defender nuestros derechos es conocerlos y saber que alguien los está infringiendo, para luego poder defenderlos de una manera adecuada y asertiva.
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Respetar los derechos de los demás.
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Aprender a decir que no: en situaciones complicadas que se dan en la vida de los niños (y de los adultos) en los que es complicado decir que no a los demás cuando realmente nos apetece hacerlo y cedemos sabiendo que está mal.
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Aceptar y expresar críticas:
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Hacer y aceptar cumplidos.
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Pedir favores y hacer favores.
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No verbales: son todos aquellos aspectos que tienes que ver con nuestra actitud y comportamiento al relacionarnos y que son fundamentales a la hora de relacionarnos con los demás:
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La mirada: casi todas las interacciones de las personas dependen de miradas mutuas. Aprender a mirar a los ojos cuando nos hablan, no bajar la miradas, no mirar excesivamente fijo … son actitudes imprescindibles a la hora de relacionarnos con los demás. Además la mirada se utiliza también para expresar emociones que es importante aprender y saber identificar.
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La expresión facial: hay seis emociones principales (alegría, sorpresa, tristeza, miedo, ira y desprecio o asco) y tres áreas encargadas de su expresión (frente/cejas, ojos/párpados y la parte inferior de la cara).
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La sonrisa.
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Los gestos: tanto faciales como los cestos con las manos, cabeza, pies,…Los gestos constituyen un segundo canal de comunicación.
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La postura: cómo se sienta la persona, como anda, …aporta información sobre nosotros mismos y sobre cómo nos estamos relacionando con los demás.
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Distancia y contacto físico: para relacionarnos con los demás debemos mantener un espacio físico adecuado con la cercanía de la persona con la que nos relacionamos, ni muy cerca ni muy lejos,… esto nos ayuda a relacionarnos de una manera adecuada.
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Apariencia personal
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Componente paralingüísiticos: son aquellos componentes que tienen que ver con otros factores en nuestra relación con los demás:
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Volumen de voz
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La entonación
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La fluidez
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La claridad
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La velocidad del habla
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El tiempo de habla
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Cómo fomentar el desarrollo de las habilidades sociales. Problemas derivados de las relaciones sociales
Como hemos estado comentando las habilidades sociales se aprenden durante la infancia. ¿Cómo podemos fomentar el adecuado desarrollo de las habilidades sociales?
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Una de las pautas principales es que el niño aprende con la observación de los adultos. Tenemos que ser conscientes que debemos realizar estas conductas de manera adecuada delante de nuestro hijo: por ejemplo saludar a las personas mayores, ayudar a los demás, no gritar,…
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Fomentar su autonomía e independencia, evitando la sobreprotección y dejando que el niño se tenga que enfrentar a diferentes situaciones donde ponga en práctica diferentes componentes de las habilidades sociales.
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Reforzar sus conductas cuando lo hace de forma correcta o cuando lo ha intentado. Transmitirles que nos gusta cuando hace algún cumplido, saluda a alguien, reacciona de manera adecuada, etc…
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No exigirle demasiado, por ejemplo si es tímido ir poco a poco y no requerirle enfrentase de repente a muchas situaciones sociales en las que necesite poner en marcha conductas asertivas. Elegir unas pocas y empezar por ellas.
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Hablar de manera natural y abierta de las emociones y sentimientos que tenemos ayudándoles a que ellos también se expresen.
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Fomentar su autoestima
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Aportarles experiencias varias para que practiquen sus habilidades: ir al parque, ir con amigos que tengan niños,…
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Fomentar la comunicación adecuada en casa: cenar con ellos y hablar sobre sus cosas, no cenar viendo la televisión,…
Los niños que no desarrollan unas habilidades sociales adecuadas a su edad pueden llegar a presentar algunas dificultades o problemas en otras áreas:
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Pueden aparecer dificultades a nivel de escolar: bajando el rendimiento escolar, estando apartado del grupo, no atendiendo en clase correctamente,…..
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Tienen mayores problemas de conducta, baja autoestima, depresión y ansiedad.
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Presentan dificultades a la hora de comunicar sus necesidades a los demás, tanto a los compañeros como a los profesores.
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Son más propensos al rechazo social, al aislamiento, a conflictos con sus iguales, establecen pocas amistades,…
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Presentan una baja autoestimas tanto a nivel escolar como social.
La asertividad
Cuando hacemos referencia a un comportamiento social ante una situación concreta podemos encontrarnos con tres tipos diferenciados de respuesta: agresiva, pasiva y asertiva.
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La respuesta pasiva: es aquella conducta en los que uno no defiende sus derechos, no defiende sus opiniones, reacciona con ansiedad ante ciertas situaciones sociales… suele ser un niño inhibido del que muchas veces se aprovecha. Estos niños pueden provocar también en los demás cierto rechazo por su escasa interacción.
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La respuesta agresiva: encontramos niños que reaccionan ante las conductas de una manera más agresiva, son niños que quieren conseguir lo que desean como sea sin importarle los demás. Suelen ser mandones e intimidan a los demás. Estos niños reaccionan de manera “violenta”: burlas, provocaciones, peleas,… ante las situaciones que le desbordan o cualquier situación que consideren amenazante o que no les guste.
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La respuesta asertiva: hay otros niños que responden de un modo más adecuado, de una manera asertiva. Son niños que son capaces de expresar lo que quieren, de defender sus derechos de una manera adecuada, de respetar los derechos de los demás. …..Estos niños suelen ser más aceptados por sus compañeros y adultos y suelen tener un abanico de amistades más amplias.
Hemos comentado que las habilidades sociales se aprenden, la asertividad forma parte de ellas por lo que nosotros como padres podemos ayudar y servir de modelo a nuestros hijos para que se comporten como tal. Los estilos educativos de los padres también pueden ser pasivos, agresivos y asertivos. Los padres asertivos son aquellos que:
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Muestran interés continuo por los intereses, actividades y gustos de sus hijos.
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Se preocupan por sus sentimientos y los respetan.
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Se sienten orgullosos y premian sus logros.
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No ceden ante las normas establecidas por ellos mismos, esto les ayuda a sus hijos a tener mayor seguridad.
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No utilizan el castigo de forma sistemática y mucho menos el castigo físico: cuando utilizamos el castigo físico con los niños les enseñamos este modo de respuesta al enfrentarse con los problemas por lo que es muy fácil que ellos lo utilicen con sus compañeros.
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No utilizan los gritos ni las amenazas como pautas educativas.
También podemos hablar de problemas más graves y que deben ser trabajados por un profesional como: la fobia social, el trastorno disocial, el mutismo selectivo, etc